La Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE) inició este viernes un despliegue de 39 observadores de largo plazo en las nueve regiones del país, incluidas aquellas donde se han identificado focos de tensión, con el objetivo de acompañar el proceso previo, durante y posterior a las elecciones generales del próximo 17 de agosto. Este envío masivo de personal se produce en un contexto de alta polarización política y social, marcado por la incertidumbre en torno a la habilitación de candidaturas y la presión de grupos afines al expresidente Evo Morales en el Trópico de Cochabamba.
El subdirector de la delegación europea, Alexander Ian Gray, indicó desde La Paz que los observadores iniciarán de inmediato la colaboración con las autoridades locales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), con delegados de las diferentes organizaciones políticas, con las misiones de observación nacionales y con representantes de la sociedad civil. Gray enfatizó la relevancia de asegurar el derecho al voto, incluso en las áreas con mayores conflictos, donde “tanto el Gobierno como el TSE están haciendo todo lo posible para que las elecciones se lleven a cabo y para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho sin presiones ni violencia”.
Dentro de las zonas más delicadas se encuentra el Trópico de Cochabamba, que tradicionalmente ha sido un apoyo importante para el Movimiento al Socialismo (MAS). En este lugar, los partidarios de Evo Morales han mantenido una vigilancia constante desde octubre de 2024, exigiendo que su líder pueda ser candidato, a pesar de una decisión judicial que lo descalifica. Según reportajes de los medios, aproximadamente dos mil seguidores protegen la entrada a esa área con palos, piedras y escudos caseros, proclamando que “sin Evo no hay elecciones”. No obstante, Morales no pudo registrar su candidatura ya que el partido con el que intentaba participar, el Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol), perdió su estatus legal por no conseguir el tres por ciento de los votos en las elecciones de 2020.
En paralelo al despliegue inicial, Gray anunció que una semana antes de la jornada electoral arribarán al país otros 50 observadores de corto plazo, quienes reforzarán la cobertura de centros y mesas de votación. A ellos se sumará una delegación de parlamentarios europeos y representantes de las embajadas de los Estados miembros de la UE. Este refuerzo permitirá ampliar el monitoreo de las operaciones de votación y el conteo de actas, garantizando una visión lo más exhaustiva posible de los distintos territorios.
La tarea de la UE no se limitará solo a la supervisión directa, sino que también llevará a cabo un estudio exhaustivo de las leyes de Bolivia y de los acuerdos internacionales que el país ha firmado respecto a las elecciones. Gray adelantó que los resultados iniciales serán presentados dos días después de la votación, en un reporte preliminar. Más adelante, luego de varias semanas de análisis, la MOE proporcionará un informe final que reunirá datos y sugerencias para mejorar futuros procesos, aunque especificó que estas recomendaciones “no son de acatamiento obligatorio” sino pautas voluntarias para fortalecer la democracia en Bolivia.
La iniciativa de la UE para apoyar y fortalecer la transparencia en las elecciones se presenta en un momento de división tanto en el oficialismo como en la oposición. Por un lado, el MAS propone al exministro de Gobierno Eduardo del Castillo; Alianza Popular promueve al presidente del Senado, Andrónico Rodríguez; y el Movimiento de Renovación Nacional (Morena), que reúne a sectores disidentes del MAS, apoya la candidatura de la alcaldesa de El Alto, Eva Copa. Por el contrario, los principales candidatos de la oposición son el empresario Samuel Doria Medina, representando a Unidad Cívica Solidaridad, y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, por Libre.
La profundización de la misión y su despliegue en zonas tradicionalmente conflictivas reflejan la preocupación de la Unión Europea por la estabilidad y la legitimidad del proceso electoral boliviano. Los observadores de largo plazo permanecerán en el terreno hasta después de la proclamación oficial de resultados, mientras que los de corto plazo reforzarán las tareas de seguimiento y verificación en la recta final, supervisando especialmente la apertura y cierre de urnas, el traslado de material electoral y el escrutinio.
Con esta actuación, la UE se suma a otros organismos internacionales que ya han manifestado su interés en acompañar los comicios en Bolivia, convencidos de que el acompañamiento externo y una amplia cobertura de observación contribuyen a disuadir fraudes, coacciones o irregularidades. En un clima donde el voto se convierte en un acto de profunda carga política y simbólica, la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea aspira a ser un elemento estabilizador y a ofrecer garantías de imparcialidad para que la ciudadanía boliviana acuda masivamente a las urnas y confíe en la limpieza del recuento.